La periodista cultural Alicia Álvarez me invitó a formar parte de la primera edición de la UNIVERSIDAD BOSQUE de La Refugia: «Una escuela rural intergeneracional y un espacio artístico cultural donde se fusiona el pensamiento teórico crítico con la sabiduría popular/ancestral. Con el foco en los cuidados y las sensibilidades individuales y colectivas, intentamos operar alejades de los ritmos y las lógicas estandarizadas, apostando por la mirada contemplativa y la agitación artística alejada de las urbes».
Nuestro encuentro tuvo lugar en Wamba, un pueblo cerca de Valladolid, en el que ella y su primo Saúl de Cruz Álvarez crecieron y en el que ahora dinamizan la transferencia de conocimientos y los saberes junto a las vecinas del lugar. En este contexto, conversamos sobre «todas las muertes de una vida» a partir de la lectura en común de algunos fragmentos de mi último ensayo publicado Traumacore. Crónicas de una disociación feminista (cielo santo ed.) y el intercambio de ciertas experiencias de género arraigadas al miedo y al horror contemporáneo con las vecinas de Wamba. Poder conversar con ellas mediante las preguntas y disgregaciones que Alicia trajo a colación en su mediación nos permitió poner en marcha un «oído feminista» [Feminist Ears] atento a la sensibilidad del momento y el lugar. Sin duda, una de las experiencias pedagógicas y de aprendizaje mútuo más bellas que he tenido la suerte de compartir. Nos fuimos de La Refugia con el deseo de cuidar y mantener nuestro vínculo vivo en el tiempo ♡. Agradecida, dejo, a continuación, algunas fotografías que Saúl tomó a lo largo de las diversas sesiones.
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© Saúl de Cruz Álvarez
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