La figura de Medusa ha sido descrita por Hesíodo, Ovidio y Eurípides, hasta Freud, para quien la cabeza de Medusa representaba los genitales femeninos, mientras que para los griegos era un monstruo terrorífico del inframundo que permitió a Zeus vencer a los titanes y que murió a manos de Perseo. En 1975 fue una filósofa, Hélène Cixous, quien celebró al personaje mitológico en el libro La risa de la Medusa. Destacó su risa como una forma de desafiar al patriarcado. Cixous celebró, en uno de los textos feministas más bellos del siglo XX, el lado nocturno, animal, histérico, bisexual y negro de las mujeres. El poder oracular, la belleza atroz y el delirio son algunas de sus herramientas. La Medusa no está sola: las monstruas son multitud. En esta sesión, me sitúo como investigadora especializada en “feminismo gótico” y, junto a Ingrid Guardiola —quien en 2023 realizó una exposición en el Bòlit, Centro de Arte Contemporáneo de Girona, sobre estas figuras junto a Marta Segarra, con la participación de la propia Cixous—, entablamos un diálogo a partir de aquellos conceptos que nos permiten acercarnos a las “monstruas”. Estas figuras hipnóticas se presentan como hambrientas, bellas, contestatarias, delirantes, furiosas, híbridas, raras y seductoras, entre otras de sus cualidades. La monstrua habla de nosotras y de nuestro deseo y, en su anormalidad, cuestiona las convenciones y todo un rígido sistema de normas que valida los cuerpos y las relaciones que pueden establecerse en el espacio social. En un momento como el actual, en el que los hombres fuertes y autoritarios, y las trad wives (los nuevos “ángeles del hogar”), ocupan la palestra pública con estereotipos barnizados de conservadurismo y del machismo más rancio, considero importante mostrar otras maneras de habitar los cuerpos.
Íngrid Guardiola es ensayista, directora audiovisual y gestora cultural, conocida por sus reflexiones críticas sobre la tecnología, el poder y la cultura contemporánea.
