PERVERSIONES Y DESEO. COMISARIADO DE PERFORMANCE

Comisariado en la galería àngels barcelona

Perversiones y deseo es un ciclo de tres acontecimientos comisariados en el marco de la investigación Embodied Cinema para la galería àngels barcelona. Tres situaciones que incorporan el medio audiovisual en un juego que permite re-distribuir nuestro deseo. Una invitación al cine para poder pervertir el imaginario de la vida cotidiana y las preguntas que plantea.

Un acontecimiento no es solamente algo que ocurre sino un cambio de posición a través del cual percibimos el mundo y nos relacionamos con él. El acontecimiento se presenta aquí como una perversión del curso normal de las cosas que nos permite mostrar la verdad de un modo indirecto. Una verdad con estructura de ficción. Una ficción que representa una realidad que nadie quiere admitir. Un cambio en las reglas del juego.

Embodied cinema parte de la idea que toda forma de cine puede existir a través del cuerpo que la transmite. Argumentaba el filósofo y psicoanalista Slavoj Žižek que el cine es un arte perverso porque no satisface nuestros deseos sino que nos dice cómo debemos desear. De este modo, una imagen se transforma en una fantasía que se activa en nuestros cuerpos como un guión que debe ser actuado. Inscribe una topografía del cuerpo. Sin embargo, el deseo es móvil y capaz de crear nuevos patrones: nuevos flujos de deseo modelado.

A natural body / Healthy Gestures #beauty

Ariadna Guiteras

A NATURAL BODY / HEALTHY GESTURES #BEAUTY

14 – 3 – 2017

A natural body / Healthy Gestures #beauty es una performance basada en la mimesis y la abstracción de palabras y movimientos de tutoriales online sobre belleza y salud. La pieza consiste en una improvisación gestual que parte de un proceso de memorización y acumulación de secuencias a través del movimiento en el espacio, el cuerpo y la palabra. Siguiendo la máxima de Judith Butler en su teoría sobre la performatividad del género, si la repetición consolida la norma, existe una ligera esperanza en el fracaso. En la imposibilidad de una repetición exacta se esconde una forma de resistencia a las tecnologías de violencia y control sobre nuestros cuerpos.

Construcción de un microcosmo en plato

Laura Veraguas y Myriam Fernández (Iradier Barcelona)

CONSTRUCCIÓN DE UN MICROCOSMO EN PLATO

28 – 3 – 2017

Construcción de un microcosmo en plato es un juego de situación, que dispone a los espectadores en el lugar de los comensales abriéndoles un mundo hasta entonces escondido tras las puertas de la cocina. Seis personas del público, previamente invitadas, formarán parte de una composición dónde el plato en mesa devendrá un espacio de proyección, no solo de la fuerza del trabajo, sino de todo un entresijo de imágenes, relaciones humanas, procesos mecánicos, alquimia alimentaria y creatividad.

A través del imaginario que han dejado películas como El festín de Babette (Gabriel Axel,1987), El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante (Peter Greenaway, 1989) o Como agua para chocolate (Alfonso Arnau, 1992), la performance expone la genética y elaboración que hay detrás de la presentación de un plato como punta del iceberg en un restaurante.

Los comensales invitados fueron Eloy Fernández Porta, Víctor Valentín, Anna Pahissa, David G. Torres, Consol Llupià y Borja Villatoro. Según su testimonio la experiencia fue descrita como:

 

«Incomodidad impostada de un pequeño protagonismo. Es decir: ser entrevistado; usar falsa modestia; especular con el resto de entrevistados sobre la incapacidad propia como acto de defensa o atribuirme un falso protagonismo.

Curiosidad gastronómica, la gula. Es decir: rondar por la cocina con la imaginación puesta en la alquimia que representa la cocina e imaginar que lo que comeré está por encima de lo que observo (poco, escaso, lechuga, setas).

Ahora sí incomodidad camuflada del protagonismo. Es decir: de repente ser consciente de que el deseo y la gula que me han llevado a ser protagonista significa ser objeto de todas las miradas en un acto incómodo, ser observado mientras como, la miga de pan, la gota de aceite, el trozo de lechuga… frente a ello tirar de complicidad con el resto de comensales próximos de cara a establecer una especie de burbuja protectora frente a la audiencia.

Consciencia de la reversibilidad entre el propio protagonismo y la imagen proyectada. ¿Qué más aclarar? Consciencia de la fatuidad del protagonismo. Es decir: ser consciente que mis posibles trozos de lechuga entre los dientes, gotas de aceite en la camisa o migas de pan suscitan bien poco interés, en seguida el público no nos presta atención. Gastronómicamente: mejor alguna parte que el todo. Pues eso: que algunos de los episodios que forman la construcción final del plato eran más sabrosas que el plato final.

Reconocimiento de un imaginario cinematográfico. Pues eso: reconocer imágenes y reconocerse replicándolas inconscientemente. O como introducir reversibilidad, réplica y reconocimento entre imagen y actividad impostada, y performatividad inconsciente a través de un acto lúdico.»

David G. Torres

 

«Se dieron dos situaciones en las que me siento tremendamente bien, a saber: la de comer y la de ser observado. Y si esa observación conlleva el deseo, aunque éste sea tan solo por el privilegio de la degustación, si eso se da, la situación para la experiencia entonces se torna idílica. Si aceptamos que durante una buena comida el tema común de conversación es la propia comida, y, si también aceptamos, que la comunicación natural siempre se da con quien te queda en frente (ya que hablar con quién te queda a la derecha o a la izquierda es como invadir el espacio individual del acto de comer) se puede decir que la experiencia durante “Construcción de un microcosmo en plato” se medió al ser subvertidos estos dos conceptos.

Intentaré explicarlo, teniendo en cuenta que los comensales que tenía frente a mí quedaban a cinco metros de distancia y separados mediante una mesa de preparación con los cocineros en plena acción, y, también, teniendo en cuenta que ante mí había una enorme proyección de escenas culinarias de míticas películas de la historia del cine, Se puede afirmar que no cabía otra forma de comunicación que no fuera con dicha proyección audiovisual.

Los platos se anunciaban por megafonía a la vez que se proyectaban tanto sus ingredientes como su comportamiento en boca, esto, a modo de invitación forzaba la mirada hacia la proyección minimizando la posible conversación que se pudiera dar con los comensales contiguos.

Fue precisamente la dialéctica entre la comunicación con la proyección y las miradas de los espectadores la que facilitó la experiencia plena en boca junto a la acción de comer. Sin dejar de ser público que come, ante el espectador expectante, el comensal actuante se exhibe en plena comunicación sensitiva.

En definitiva, de la misma manera que el paladar actúa como mediador de la memoria sensitiva, la conversación silenciosa con la proyección lo hizo con la memoria cognitiva. Como si se tratara de un baile perverso entre Dionisio y Apolonio.»

Victor Valentín

 

Yo me bailo

Laura de Díaz

YO ME BAILO

11 – 4 – 2017

Yo me bailo es un ejercicio inspirado en la multitud de videos que podemos encontrar en la red de gente anónima bailando en el espacio privado. La escenificación presenta múltiples habitaciones virtuales que varían a través del tiempo y dónde el cuerpo, poco a poco, va tomando presencia en el espacio. Habitación y cuerpo, dos entidades vinculadas al concepto de intimidad, se transforman para explorar los posibles sentidos de las prácticas de exhibición en internet y la extimidad.

La extimidad, termino acuñado por Jaques Lacan, se ha utilizado posteriormente para denominar la exposición al exterior de los aspectos más íntimos de la persona, tanto de su cuerpo como de sus pensamientos y deseos, con el fin de construir una identidad más elaborada y enriquecida a gusto de la propia autoimagen.

Una vez finalizada la performance, la habitación virtual queda a disposición del espectador

_

Fotografía por Carla Cànovas, Duna Vallès y Anna Izquierdo.