En su texto LAMAL Marta Echaves “cuestiona ciertos relatos del feminismo blanco, que asumen una aparente incoherencia entre la identidad femenina y aquello que consideramos la maldad, situándose a su vez en contra de los relatos machistas que inventaron una maldad esencialmente femenina. Más allá de ambas posiciones propone pensar el mal no solo como un atributo de la masculinidad, sino como un repertorio del cual las mujeres estamos excluidas, y que sería necesario pensar críticamente para complejizar nuestra agencia política si no queremos caer en imaginarios exclusivamente victimizantes. Si parece que la feminidad está reservada solo para los cuerpos cis, productivos, blancos, de clase media alta, será a través del ser mala que me cuestione acerca de qué es aquello que en nombre de la feminidad también nos es expropiado”. En TECTÓNICA DE PLACAS, José Begega escribe acerca de una fenomenologia del mal heterosexual abrazando sus contradicciones biográficas y existenciales y cuenta cosas como “El mal es cuando me gusta oler entre los dedos de los pies de un tío con el que he quedado por una app. Él performa a un macho hetero mientras me mete un dildo negro por el culo porque no se empalma. Subo lamiéndole las piernas, los huevos sudados, el culo sucio y los sobacos. Lo miro desde abajo como si fuera un dios, como en Mahō Tsukai no Yome, hasta conseguir que sienta que me ha conquistado totalmente y que mi polla está a su servicio sin parecer afeminado”. En EL INFIERNO TE LO PRESTA escribo acerca de la maldad dialogando con las obras de dj_Sônia (Blanca G. Terán y Ángela Millano), Elif Satanaya Ózbay, Marian Garrido, Álvaro Chior, Raquel G. Ibáñez, Lucía C. Pino, Andrea González y Eva Geist.
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